Hace
poco salía a la luz la nueva edición conmemorativa del tricentenario del
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE). La anterior de
2001 recoge la siguientes definiciones de la palabra bilingüe:
Que
habla dos lenguas.
Escrito en dos idiomas.
Escrito en dos idiomas.
Sin
embargo, desde un punto de vista técnico, deberíamos ofrecer algunas
aclaraciones sobre los diferentes niveles del bilingüismo. Veamos:
Bilingües
tempranos o simultáneos, es decir aquellos que
desde que nacen conviven con dos idiomas.
Bilingües
sucesivos que aprenden a partir de los tres
años, desde la guardería.
Bilingües
tardíos que empiezan el estudio de la segunda
lengua en la escuela o mediante la realización
cursos de idiomas.
Los
bilingües equilibrados son los que
dominan ambas lenguas a la perfección (generalmente los de los dos primeros
niveles mencionados anteriormente) frente a los bilingües dominantes que tienen mayor destreza en sólo una de
ellas. Cuanto antes se produzca esa inmersión total, mayor facilidad para
adquirir esa competencia lingüística. No olvidemos que el aprendizaje de
nuestra lengua materna se produce de forma natural. Algo diferente es aprender
otro idioma, ya que con el paso del tiempo, esa plasticidad del cerebro que facilita
el aprendizaje se va perdiendo y resulta más difícil, puesto que implica
memorizar significados, conocimientos gramaticales, es decir, estudiar.
Este esfuerzo, como ya hemos comentado en
otras ocasiones, resulta mayor para alumnos que presentan dificultades en
lectoescritura en su lengua materna.
No
debemos olvidar, seamos bilingües
tempranos o tardíos que un idioma
supone un aprendizaje continuo de vocabulario, expresiones… Basta con abrir al
azar cualquier página del diccionario para descubrir palabras o definiciones
desconocidas. ¡Un aprendizaje para toda la vida!