martes, 22 de diciembre de 2015

Oriente frente a Occidente: cuestión de números


La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) fundada en 1961 agrupa actualmente a 34 países. Es la encargada de analizar distintos aspectos relacionados con el bienestar en el  mundo globalizado en el que vivimos. Los informes relacionados con la educación suelen presentar resultados parecidos en los que se refiere a habilidades matemáticas de los alumnos. Encabezan la lista de mejor rendimiento los alumnos asiáticos, seguidos de países escandinavos y Canadá. Estados Unidos se sitúa en torno a la vigésima posición próximo a España. ¿A qué se pueden deber estas diferencias? Parece que hay una serie de factores que influyen como son la lengua, el entorno familiar y los métodos pedagógicos.

Empecemos por el principio. ¿Qué habilidades numéricas muestran los recién nacidos? Se ha observado que su atención aumenta cuando tras la habituación a tres elementos, les son presentados dos, especialmente, si el cambio se muestra con diferencias entre el brillo o el tamaño. No obstante, no se observan modificaciones en la respuesta al pasar de tres objetos a cuatro. Esta capacidad también se ha observado en primates. Un simio es capaz de seleccionar la caja cuya tapa tiene dos agujeros que contiene un pastel frente a la que tiene uno que estará vacía. En esa línea puede discriminar que seis es mayor que cuatro. Desde el punto de vista antropológico se han analizado grupos étnicos amazónicos cuyo lenguaje no dispone de numerales más allá de dos o tres. Se concluye que compartimos capacidades con otras especies que no están basadas en representaciones abstractas. Esto fundamentará el desarrollo matemático posterior. Tampoco se debe olvidar que los aprendizajes se producen en un entorno cultural concreto. Hasta los tres años, el rendimiento de los niños norteamericanos es similar a la de los chinos, sin embargo, a partir de los cuatro o cinco años, la balanza se inclina a favor de los orientales. Parece ser que aquí entran en juego los sistemas verbales de numeración. Tanto chinos como coreanos utilizan el sistema de base diez, es decir, dirían diez-ocho (18) o cuatro-diez-tres (43). Pensemos en los franceses que complican más la cadena verbal con soixante-dix (60-10) o quatre-vingts-dix (4-20-10). Esta forma retrasa el aprendizaje y se convierte en una fuente de errores sin contar la influencia que tiene en la manipulación mental de cantidades. No hay que olvidar que cuanto más rápida es la verbalización de los números es más fácil de retener en la memoria temporal sin que se limiten los recursos de atención disponibles como sucede en los occidentales.

Tradicionalmente, en Oriente se ha dado una mayor importancia a la aritmética, es decir, a “contar bien” y hacer operaciones.

No podemos cambiar nuestra estructura lingüística, pero sí está en nuestra mano potenciar la práctica de la aritmética desde el entorno familiar así como en la  promoción de políticas educativas favorables al aprendizaje numérico.