Efectivamente,
algunas personas evitan cualquier actividad relacionada con los números,
incluso las cotidianas, como comprobar la cuenta en un restaurante o el cambio en
el supermercado.
Contrariamente,
a lo que cabría pensar, la aritmofobia no se debe a una falta de habilidad en
el cálculo. El sujeto manifiesta tensión, miedo, palpitaciones como es habitual
en las fobias. Esta respuesta tiene una base neuronal según ha quedado
demostrado en diversos estudios realizados en la Universidad de Chicago. La
amígdala, centro del miedo en nuestro cerebro, se activa en estos sujetos,
mientras que las áreas encargadas del razonamiento matemático interrumpen su
funcionamiento. Se ha observado también- incluso en individuos de alto
rendimiento-, un bloqueo en la memoria operativa, es decir la responsable de
almacenar la información de forma temporal y solucionar problemas. Se ha
registrado el aumento en la concentración de cortisol, hormona relacionada con
el estrés en una situación sostenida, cuando se enfrentan a pruebas numéricas.
En ocasiones, la simple idea de realizar cálculos, suponía mayor actividad en
las áreas cerebrales relacionadas con el miedo. En 2012, el equipo de Vinad
Menon de la Universidad Stanford en California, llevó a cabo un estudio sobre
este tema con niños entre 7 y 9 años obteniendo resultados similares a los
indicados anteriormente. Explican que las personas con aritmofobia, disponen de
menores recursos para el procesamiento cognitivo de la información.
Otra
investigación británica concluyó que las chicas padecían más miedo a las
matemáticas y a los exámenes que sus compañeros. Sin embargo, las puntuaciones
no eran muy diferentes en los resultados de las pruebas. A veces, se fomenta la
idea de que las chicas son mejores en asignaturas “de letras” y los chicos son
mejores en cálculo y ciencias.
¿Qué
se puede hacer?
Sería
recomendable ayudar a los alumnos a reconocer sus reacciones de miedo y
dotarles de estrategias de control cognitivo para enfrentarse a esos momentos.
Por otra parte, en el caso de niños pequeños es importante que los padres se
impliquen en resolver con ellos
problemas adecuados al nivel de sus hijos con el fin de reforzar la
autoconfianza. No cabe duda que el aprendizaje de las matemáticas requiere el
desarrollo de unas capacidades específicas. Si observamos el currículo de los
primeros años, aparecen contenidos que requieren la comprensión de conceptos
que todavía no han sido adquiridos. No olvidemos en este sentido las etapas de
desarrollo cognitivo propuestas por Piaget.
Las
matemáticas exigen una buena comprensión de conceptos y el trabajo diario
durante unos 20 minutos de manera concentrada. Es importante fomentar tanto en
casa como en el aula, juegos como las cartas o el ajedrez, entre otros y por
supuesto, mostrar como realmente esta ciencia exacta inunda nuestra vida. La
mayor parte o todos los avances tecnológicos tienen una base numérica, sin
contar su implicación en otras disciplinas.
En
Internet se puede encontrar una gran variedad de recursos como www.smartick.es
para niños de 4-12 años, así como academias virtuales como
www.lasmatematicas.es o kahnacademy.org donde se puede encontrar tanto un plan
de estudio como ejercicios o
juegos. Otro portal interesante es www.divulgamat.net
de la Sociedad Matemática Española, así como www.mathex.org
(en inglés)
No
vamos a negar la dificultad de esta asignatura ni todos van a estudiarla en la
Universidad, pero sí está al alcance de todos llegar a un nivel aceptable de
competencia. ¡Sin miedo!