
Debemos
distinguir entre el miedo a ir a la escuela, en la que es el colegio en sí o la
fobia en la que la escuela viene a tener un papel más secundario. Hay niños que
pueden sufrir ansiedad por la separación de sus figuras de apego, generalmente
los padres, tener problemas de aprendizaje, de conducta o concentración.
Generalmente, suelen darse formas mixtas. Los que tienen fobia a ir a la
escuela aceptan hacer deberes en casa o preparar trabajos. Sin embargo,
empiezan a encontrarse mal camino del centro escolar presentando dolor de
cabeza, desórdenes estomacales y otros problemas psicosomáticos que desaparecen
cuando regresan con sus padres. Estos niños pueden sufrir pesadillas, ser más
tímidos o introvertidos con sus compañeros, mientras que en casa, a veces
pueden mostrarse agresivos.
La
sobreprotección durante los primeros momentos de la vida, puede ser otra causa
del rechazo a ir a la escuela sin contar otros problemas familiares tales como
el divorcio de los padres o el hecho de asumir ciertas responsabilidades a edad
temprana.
Resulta
importante acudir a un especialista para dar solución a esta situación lo antes
posible. El tema debe ser tratado con tranquilidad por los padres cuando
dialogan con sus hijos. En algunos casos excepcionales, puede ser necesario
recurrir a tratamiento farmacológico si aparece la depresión.

Se
recomienda que los niños vayan a clase acompañados de amigos o con otras
personas, no necesariamente sus padres. Si por las mañanas dice que se
encuentra mal, debe ser atendido sin ser cuestionado y promover la confianza
con algún profesor al que se pueda dirigir. En caso de no acudir al colegio, es
mejor que permanezca en cama y no realizando actividades que le resulten
agradables como jugar o ver la televisión. No hay que olvidar animarle por su
esfuerzo cuando, a pesar de haber llorado o quejado por la mañana, haya acudido
a clase.
No
sólo el papel de los padres o del terapeuta es fundamental, sino el de los
profesores. Sin embargo, también a veces, los docentes se encuentran agotados,
“quemados” sin ganas de ir al “cole”… pero ésta es otra cuestión.
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