En
1985, Michael Argyle, miembro del Departamento de Psicología Experimental de la
Universidad de Oxford, publicó La
psicología de la felicidad. En esta obra recoge los resultados de las
investigaciones llevadas a cabo hasta ese momento en relación a un tema que
siempre ha interesado al ser humano, y del que la Filosofía se ocupó de
analizar durante siglos. La familia, los amigos, el éxito profesional, la salud…y
el ocio al que dedica un capítulo como uno de los elementos importantes en la
felicidad.
Las
vacaciones son el momento para dedicarnos a hacer todo aquello que durante el
resto del año no es posible por falta de tiempo. Sin embargo, no se debe
confundir el ocio con estar ocioso, es decir no hacer nada. Hay que dedicar
tiempo al descanso, pero es muy recomendable fomentar un ocio enriquecedor.
Tanto
la ciudad como la montaña o la playa ofrecen la oportunidad de realizar todo
tipo de actividades muchas de ellas en familia y al aire libre. Es una buena
ocasión para recuperar esos juegos de mesa tradicionales guardados en los
armarios cuyo valor educativo se relaciona con
capacidades como el lenguaje, el razonamiento, el uso de estrategias
numéricas, coordinación visomotora así como el manejo de reglas o la
interacción social. Practicar idiomas, visitar museos, hacer trabajos manuales,
figuras de papel (papiroflexia), rompecabezas, juegos de ingenio, experimentos
caseros, ir al cine, al teatro, tocar un instrumento musical, pintar, aprender
a cocinar, practicar deportes, entre otras actividades, sin olvidar la lectura…
La
naturaleza también ofrece la posibilidad de conocer la flora o la fauna
(observación de aves, insectos) si se pasan las vacaciones en un pueblo o
recordar en la playa lo que se ha aprendido sobre las mareas, los peces,
intentar hacer nudos marineros… Lejos de la ciudad las estrellas se hacen más
visibles y es posible con una buena guía ponerles nombre o disfrutar de la
lluvia de estrellas conocida como las Lágrimas de San Lorenzo. ¿Qué mejor sitio
para aprender sobre los animales que un zoo o sentir algunas leyes de la Física
en un parque de Atracciones?
Especialmente, si han aprobado el curso, a los niños les
cuesta hacer cuadernos de vacaciones. Sin embargo, cuando el aprendizaje se
realiza de una forma más amena y directa es una fuente de motivación.
Dentro
de un par de meses con “la vuelta al cole”, los expertos dirán que hay que
volver a la rutina de forma paulatina. Sin embargo, el resto del año,
deberíamos comprometernos a no estar ociosos y dedicar más tiempo al ocio, pero
al que nos aporta algo de verdad.
¡Feliz
verano!
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